Traducción de Luis Frayle Delgado
ISBN: 978-84-127712-2-0
128x182mm. 62 páginas. 12€
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Distribuye: Distriforma
El humanista sevillano Sebastián Fox Morcillo subvierte, en pleno siglo XVI,
el culto a la senectud propio del humanismo occidental para postular la subsistencia
de las virtudes en el hombre de cualquier edad, siempre que reciba una correcta
instrucción y se atenga al dictado de la prudencia.
“Desprecien ellos a la juventud todo lo que les venga en gana
y la abrumen con toda clase de recriminaciones. Yo por mi
parte no echo de menos en ella, si está bien educada, ni la
prudencia, ni la erudición ni las demás cualidades que suelen
adquirir los hombres durante largo tiempo”.
“A mí la juventud honesta nunca me pareció ni débil ni sujeta
a torpes pasiones”.
“Una adolescencia bien educada en costumbres honestas
y al cuidado de los padres no está más vacía de juicio que
la vejez”.
“No consideraré más prudente a uno porque haya vivido
más tiempo que a otro cualquiera de menos edad, que
con más agudeza de ingenio haya conseguido mayor juicio”.
“Si atribuimos el uso de la recta razón no menos al joven
que al viejo y pueden con el mismo buen sentido moderar
el ímpetu de los placeres, nada puede haber más festivo,
nada más elegante, ni más honesto que la juventud?”
“¿Qué más hermoso que la fortaleza juvenil y el florecer del
cuerpo?, ¿qué más agradable que su sentido festivo y su
encanto, qué más excelente que su facilidad, vigor de ingenio,
agilidad de la mente? ¿qué más conveniente que la grandeza
de ánimo, la liberalidad, la firmeza y buena disposición para
hacer todas las cosas, la jovialidad, el compañerismo y las
buenas costumbres?”